La Trilogía de Nueva York reúne tres novelas breves que, juntas, redefinen la ficción detectivesca y la convierten en una exploración profunda de la identidad, el lenguaje y la realidad. Escritas con una claridad sobria y una inteligencia inquietante, estas historias sitúan a la ciudad como un personaje más y juegan con las expectativas del lector para mostrar cómo la verdad puede ser fragmentaria, cambiante y, a veces, inalcanzable. En cada volumen, Paul Auster construye una atmósfera de inquietud contenida, donde lo aparentemente racional se tambalea y la lectura se transforma en un proceso de descubrimiento y desengaño.City of Glass abre la trilogía con una premisa que podría pertenecer a un policial clásico y la lleva a sus límites: un narrador que se ve arrastrado por un encargo que parece sencillo pero que pronto revela capas de duda, sustitución y doblez. La investigación se vuelve un espejo en el que se reflejan preguntas sobre quién narra la historia, qué significa ser otro y hasta qué punto la voluntad del lector puede intervenir en el devenir de los hechos. El resultado es una experiencia que mantiene al lector en una tensión constante entre claridad y sensación de pérdida, entre verosimilitud y juego formal.Fantasmas profundiza en la memoria, la culpa y el peso del pasado a través de una narración que parece desbordarse en múltiples direcciones. Auster explora cómo las relaciones humanas pueden ser tan difíciles de leer como un texto desconocido: las voces que regresan, los recuerdos que se rehacen y las identidades que se desdibujan se convierten en materia de la ficción misma. En este volumen, el lector se enfrenta a un paisaje emocional donde la realidad se revela como una construcción frágil, sujeta a la interpretación y al sesgo de quien recuerda.La habitación cerrada cierra la trilogía con una reflexión sobre el origen del relato y la posibilidad de que uno mismo esté escrito por otros. Aquí, la duda sobre la propia historia y la manera en que el lenguaje da forma a la experiencia se intensifican hasta revelar la naturaleza metaficcional de toda la obra. Los personajes buscan respuestas que pueden no existir, y ese anhelo de conocer termina desdibujando las fronteras entre autor, narrador y protagonista. Es una meditación aguda sobre la memoria, la traición y el poder de la escritura para dar forma a la realidad.La voz de la trilogía alterna entre una precisión desnuda y una intensidad quase fantasmal, con recursos que invitan al lector a participar activamente en la construcción de la historia. El uso de referencias insinuadas, la inversión de las convenciones del género y la insistencia en la capacidad del lenguaje para crear mundos propios hacen de estas novelas una experiencia de lectura exigente y absorbente. En conjunto, la Trilogía de Nueva York propone una visión literaria audaz: la realidad no es un dato fijo, sino un proceso en el que la identidad se fabrica, se pregunta y, a veces, se pierde.La edición de Planeta reúne las tres novelas en un único volumen, permitiendo apreciar la continuidad temática y formal que une estas historias distintas en una visión cohesiva del tejido urbano, de la identidad y del juego entre realidad y ficción. Esta recopilación ofrece al lector una puerta de entrada a una de las propuestas más influyentes de la literatura contemporánea, capaz de atraer tanto a quienes buscan un thriller intelectualmente iniciado como a quienes desean sumergirse en una reflexión profunda sobre la condición humana y el poder de la palabra para dar forma al mundo.