"Oh, maligna" es una novela que retrata los intensos y complejos sentimientos de Pablo Neruda en un capítulo poco conocido de su vida. Ambientada en 1927, cuando Neruda viaja a Rangún, Birmania, para desempeñarse como cónsul honorario de Chile, la obra se adentra en la relación que el poeta establece con Josie Bliss, una mujer enigmática y apasionada que desata en él una serie de emociones contradictorias.
La narración de Jorge Edwards no solo ofrece una evocadora reconstrucción de la historia de amor entre Neruda y Josie, a quien él llama "la maligna" por las tormentosas implicaciones que su relación conlleva, sino que también se convierte en un homenaje a la figura del poeta y a su legado literario. A través de los ojos de un Neruda joven y deslumbrado, el lector puede experimentar la intensidad de las pasiones que lo rodean, una mezcla de amor, deseo y desilusión que culmina en una huida desesperada a Ceilán.
Este relato no es solo una biografía novelada; es una reflexión profunda sobre el poder de las palabras y la literatura. Edwards logra capturar la esencia de un Neruda en plena búsqueda de su identidad como poeta y amante, dejando un eco del dolor y la belleza que caracterizan su vida y obra. Los versos de Neruda, en particular el famoso "El tango del viudo", resuenan a lo largo de la narrativa, recordando al lector que el amor, aunque fugaz, puede ser eterno en su influencia y creatividad.
La obra se convierte así en un viaje emocional, donde se analiza la dualidad del amor y el arte, ofreciendo una visión rica y apasionada de la juventud de uno de los más grandes poetas de la lengua española. Edwards, como amigo y compatriota, presenta a Neruda no solo como un ícono literario, sino como un ser humano atrapado en sus sentimientos, un hombre que vive la complejidad del amor y sus consecuencias. "Oh, maligna" es un tributo a la capacidad del arte para convertir las experiencias humanas más intensas en poesía, dejando una marca imborrable en el lector.