En las rutas que atraviesan la cordillera y bordean el lago, El último arriero de Pucón nos sumerge en un mundo de oficio antiguo, memoria y territorio. Rolando Fryderup teje una narración contenida y poderosa que sigue el pulso de un arriero cuya vida late al ritmo de las mulas y de las cargas que sostienen comunidades enteras. La historia despliega un viaje que no busca grandes gestas, sino la dignidad quieta de quien sabe que cada jornada es una lección de paciencia, esfuerzo y cuidado por lo que queda cuando todo parece cambiar.Con una prosa sobria y sensorial, la obra acompaña al personaje a lo largo de un trayecto donde el paisaje es coprotagonista: desiertos de piedra, bosques frondosos, ríos que reflejan cielos cambiantes y volcanes que observan desde una quietud ancestral. Cada tramo revela la relación entre el arriero y las criaturas que lo acompañan, entre las sogas que sostienen el mundo y las historias que se transmiten de generación en generación. A cada paso, el lector escucha el murmullo de las conversaciones de carretera, los chasquidos de las riendas y el eco de saberes que se conservan frente a la amenaza del olvido.La novela explora temas de gran resonancia: la memoria como vehículo de identidad, la resistencia de las tradiciones frente al avance de la modernidad y la importancia de comunidades que encuentran en la ruta diaria un sentido de pertenencia. A través de descripciones cuidadas, el autor revela cómo el oficio de arriero funciona como una red de solidaridad y conocimiento práctico, capaz de sostener a familias enteras incluso cuando los cambios económicos y sociales presionan a cada generación. Es un libro que invita a mirar con detenimiento lo que se da por sabido y a valorar la inteligencia de saber equilibrar lo que se heredó con lo que se necesita aprender para seguir adelante.El tono es, a la vez, contemplativo y humano. El lenguaje de Fryderup se alimenta de imágenes sensoriales y de una economía de recursos que favorece la evocación más que la exhibición. Las escenas se tejen con paciencia, permitiendo que el lector sepa cómo se siente la tierra bajo las botas, qué olor tienen las fogatas al caer la noche y qué silencios dicen tanto como las palabras. Es una lectura que se saborea despacio, como la comida compartida al bordear un poblado o al terminar una jornada agotadora.Este libro es especialmente recomendable para quienes buscan literatura que combine viaje, historia local y una mirada afectuosa sobre oficios invisibles para la gran mayoría. Si el interés es entender la relación entre personas, territorio y memoria, y si se quiere experimentar la Chile rural desde una voz que sabe detenerse para escuchar, este título ofrece una experiencia literaria rica y durable. Una historia que, sin renunciar a la dureza del camino, revela la riqueza de las rutas que sostienen una comunidad y la dignidad de quienes hacen posible que esa comunidad permanezca unida.Ficha rápida: autor Rolando Fryderup, título El último arriero de Pucón, editorial Fryderup Spa. Un recorrido literario que honra la tradición, celebra la naturaleza y ofrece una visión humana y detallada de un oficio que late en el corazón de la región. La lectura invita a quedarse con el sabor de la ruta y a llevarse la certeza de que la memoria, bien cuidada, es el mejor equipaje para seguir viajando.
